Cómo organizar una cámara frigorífica correctamente
Una cámara frigorífica funcionando correctamente es el mejor aliado de cualquier negocio de hostelería, restauración y manipulación de alimentos. Es un espacio cerrado, sin intercambios térmicos y con un flujo de aire interno de temperatura controlada.
Generalmente, esta temperatura interior se establece a voluntad, dependiendo del material que se conserve y proviene de una fuente externa como un aparato de refrigeración de aire. Por lo tanto, tenemos cámaras frigoríficas, cámaras de mantenimiento térmico y cámaras de congelado.
El objetivo de todas, es preservar el producto que se contiene en condiciones estables, sin altibajos térmicos e impidiendo la proliferación de bacterias y otros microorganismos que comprometan su integridad.
¿Que pasa si la cámara no está organizada?
La desorganización del interior de una cámara frigorífica, tiene varias consecuencias negativas:
Obstaculización del flujo de aire frío
La fuente de aire frío de una cámara frigorífica, es un equipo refrigerante. Este tipo de aparatos enfrían los ambientes por convección, es decir, desplazan el aire caliente y lo sustituyen por aire frío. Este flujo de aire se diseña de tal manera que el aire frío circule dentro de la cámara, permitiendo un flujo laminar.
La tendencia del aire frío es a descender, por lo que se usan sistemas internos de ventilación para fomentar la circulación del aire por todos los rincones del espacio. Este puede rebotar o absorberse por objetos de gran tamaño, es decir, si existe un objeto que obstruya su recorrido, el aire no llegará a los espacios al que está destinado.
Por ello, debemos prestar mucha atención al flujo del aire interno, colocando los productos, cajas, estantes y otros elementos, de tal modo que no interrumpan la circulación térmica de la cámara.
Productos con diferentes temperaturas
Si un objeto se coloca en la salida del refrigerador, éste tendrá una temperatura distinta al producto que se encuentre más alejado y sin recibir la corriente de aire frío.
En algunas cámaras frigoríficas, esto puede ser usado a conveniencia y controlado por los operadores. Se colocan los productos necesitados de temperaturas más bajas en las zonas de mayor flujo y viceversa.
Esto puede ser diseñado así por el fabricante de la cámara, sin interrumpir el paso laminar de aire y causar desbalances incorrectos de la temperatura interior del frigorífico. Colocar de manera deliberada o inconsciente, obstáculos en las salidas de aire, puede deteriorar el producto y en mayor medida, dañar los equipos refrigerantes de la cámara.
Problemas de higiene
Organizar el producto sin una metodología, puede causar que algunos puedan deteriorarse sin ser advertido por el usuario. Esto puede causar una contaminación cruzada en toda la cámara, generando cuantiosas pérdidas y daños a la salud de los consumidores.
Otro problema generado por cámaras sin organización, es que puede permitir que en las zonas de menor flujo térmico, proliferen insectos o microorganismos que deterioran y corrompan la totalidad de los productos.
¿Cómo organizar la cámara frigorífica?
El mejor modo de organizar la cámara, es planificar las zonas de mayor y menor temperatura de acuerdo al diseño de la cámara.
Los fabricantes profesionales de cámaras, diseñan zonas térmicas y recomiendan que tipo de producto puede colocarse en cada zona de acuerdo a las necesidades de conservación, volumen de salida u otras variables solicitadas por el cliente.
Lo mejor en todos los casos, es solicitar la asistencia técnica de la empresa instaladora y establecer las zonas de almacenamiento de acuerdo a la carga térmica deseada.
Con una buena asesoría y un buen sistema de organización, podremos tener siempre nuestros productos en las mejores condiciones y asegurarnos que nuestra cámara frigorífica durará por muchos años.
