La importancia del frío para las vacunas COVID
El frío es uno de los elementos fundamentales para conservar de forma adecuada una gran cantidad de productos y prolongar su vida útil. Los sistemas de refrigeración, conservación y congelación, son la base fundamental de la industria alimenticia primaria, secundaria y hostelería. La industria química fundamenta buena parte de su operatividad en cámaras frigoríficas. La industria farmacéutica apoya buena parte de su logística en cámaras de refrigeración y conservación.
Muchos medicamentos, incluyendo vacunas como la del agente SARS-Cov-2, la vacuna del COVID-19, requieren de una cadena de frío eficiente y segura. Los gobiernos del mundo, las grandes farmacéuticas y los operadores privados han unido esfuerzos para transportar y almacenar de manera segura la vacuna. Llevar cada vacuna desde los laboratorios hasta la población, ha requerido un esfuerzo logístico de gran envergadura en el que han actuado numerosos sectores públicos y privados. Desde la segunda guerra mundial, el mundo no había presenciado un esfuerzo conjunto de tantos sectores en beneficio de la población. La industria de la refrigeración ha sido fundamental en la distribución de la vacuna a los distintos países.
¿Por qué las vacunas deben estar en frío?
En términos muy básicos, una vacuna consiste en la inoculación de una preparación que contiene una concentración de virus u otros agentes atenuados o inactivados. El objetivo de este procedimiento es instruir al sistema inmunitario del organismo sobre estos agentes con la finalidad de generar anticuerpos contra los distintos virus. Los científicos han logrado identificar y sintetizar al virus SARS-Cov-2 de manera eficiente, logrando desarrollar vacunas con un alto grado de efectividad.
Dentro de las especificaciones de las vacunas, se ha determinado que éstas deben conservar una cadena de frío desde el momento que salen del laboratorio. El sistema de transporte, almacenamiento y posterior traslado a los centros de vacunación, debe mantener una temperatura constante. Esta cadena de frío previene la degradación de la vacuna de manera que garantiza su calidad, seguridad y eficiencia.
La vacuna COVID-19 y la industria de la refrigeración
Generalmente, el desarrollo de una vacuna puede llevar a los científicos a varios años de ensayos, pruebas y corrección de errores. Uno de los procesos que mayor trabajo científico requiere es la conservación de las vacunas en condiciones prácticas y que ofrezcan la mayor seguridad posible. Sin embargo, la urgencia generada por la gravedad y virulencia de la pandemia del COVID-19, ha acelerado estos procesos de manera exponencial. Afortunadamente, distintos laboratorios han creado diferentes vacunas que parecen tener niveles de seguridad y eficiencia por encima del 90%, una noticia muy positiva dado los contagios y fallecimientos que se han producido a nivel mundial.
No obstante, en el desarrollo de estas vacunas, no se ha podido optimizar la vacuna a temperaturas ambientales o de manejo común. Algunas vacunas requieren de una refrigeración muy por debajo del punto de congelación, lo que ha planteado un reto para el sistema de salud. En este punto, ha sido relevante la experiencia aportada por la industria de refrigeración con los conocimientos adquiridos a lo largo de los años. La adecuación, construcción y diseño de puertas de cámaras frigoríficas, así como cámaras de ultra congelación (-60ºC y -80ºC) han sido parte de sus aportes. El asesoramiento al sistema de salud en materia de refrigeración, ha sido crucial en todo el proceso.
Desde Doorfrig, queremos expresar nuestro agradecimiento a toda la sociedad por el enorme esfuerzo realizado durante la pandemia del COVID 19.